“El profeta Eliau estaba preocupado porque el pueblo judío, entusiasmado con ídolos paganos, olvidó la Ley de Hashem. Adonay le aseguró que él sería testigo de la continuidad. Es así que en cada Brit Milá, circuncisión, se lo recuerda, se le muestra el niño como diciendo “aquí está, se le va a practicar el brit milá.” Su neshamá, su alma, está presente simbolizada por esa silla alta, donde se sienta el sandak o padrino para tener al niño y el moel le muestra que estamos cumpliendo con la ley de Abraham
Tuvimos el Brit Milá de un nuevo integrante de la familia, en Beer Sheva.
Al terminar el ritual todos aplaudían y expresaban bendiciones para el nuevo judío. Me sorprendió que se formó una fila frente al padrino, para recibir su bendición
Según el Talmud, a la hora del Brit se considera al sandak o padrino un colaborador del moel. Se abren los cielos y Elyiahu Hanavi y un coro de ángeles lo rodean. Por su intermedio, todos los deseos de salud, bienestar, etc. van directo al cielo, ya que ese día recibe un poder especial.